Para ser el mejor lo primero que hay que hacer es saber sufrir, eso fue lo que le ocurrió a RAFA en su partido frente al holandés Robin Haase, con un comienzo demoledor desde el fondo de la pista nuestro campeón supo aguantar el tipo y esperar su momento. Al final las aguas vuelven a su cauce y siempre se impone la lógica, 7-5, 2-6, 6-3, 0-6 y 3-6 y a otra cosa mariposa.
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