FIN DE SEMANA EN LEÓN

Fin de semana en León, la propuesta parece muy interesante, desde la pasada Semana Santa no hemos vuelto a pasar por el reino y ya va siendo hora. A las cuatro de la tarde llega Román de Almansa, todo está preparado en menos de media hora estamos de camino al atasco en la A-6. Cada día me da más pereza coger el coche, cualquier trayecto se encuentra siempre con la caravana de rigor, una hora parados y una hora desesperados.

Nueve de la noche y ya estamos tomando cortines por el CID, acabamos de descubrir este barrio cerca de la casa de Alberto, el ambiente es distinto, hay menos turistas y los pinchos están mucho más eleborados, gambas en tempura con salsa de soja, la verdad es que promete. Por hoy la fiesta a terminado, Román lleva ocho horas de coche y está destrozado, además tantas horas con el aire puesto están pasando factura, creo que me he resfriado.

El sábado toca pasar por el mercado, hay que comprar morcillas, chorizos y queso de Valdeón, la despensa está vacía y hay que llenarla, otra ronda de cortines y de bierzos ahora pasamos siempre por el Camarote Madrid, la mejor paella, Román dice arroz con pollo, y el mejor salmorejo, ambiente taurino y pijo, pero todo está muy bueno.

Por la noche toca fiesta, salimos con Alberto y sus amigos por el CID, buen rollo y muy buena gente, a las cinco a dormir que mañana vamos a ver caballos.

A San Emiliano de Babia a ver Hispano-Bretones, a Román le gustan mucho y quiere sacar unas fotos para su blog, empiezo a sentirme mal tanto caballo junto me empieza a provocar alergia, además el resfriado va a más.

Ya de vuelta en León hay que apurar las pocas horas que nos quedan, mañana hay que volver al trabajo, un paseo por el Barrio Húmedo, casi no lo hemos pisado, ahora nos movemos por el CID.

Por la tarde una buena siesta y todo listo para la vuelta al "infierno", marcho como dicen en León pero me llevo un buen resfriado y cuatro kilos de filete de potro, además acabo de tener una idea, voy a montar una carnicería de carne de caballo, no la habéis probado, pues no sabéis lo que os perdéis.